Los Efectos Negativos de Chuparse el Dedo

Desde una edad temprana, los niños buscan formas de calmarse. Los ositos de peluche, su manta favorita, el uso del chupete son algunas de las maneras que los niños utilizan para calmarse. Una de estas técnicas también es chuparse el dedo. Sin embargo, si este hábito se convierte en una rutina frecuente y el niño sigue chupando el dedo más allá de los cuatro años, esta costumbre puede afectar el desarrollo adecuado de los dientes y las mandíbulas y, por lo tanto, afectar negativamente la salud oral del niño.

La mayoría de los niños abandonan espontáneamente este este hábito entre dos y cuatro años, pero, en algunos casos, el niño puede seguir con esta costumbre incluso en el periodo preescolar. Cuanto mayor sea el niño, más difícil será abandonar este hábito. Si el niño continúa chupando su dedo pulgar durante el periodo en que sus dientes permanentes comienzan a crecer, se deben tomar las medidas adecuadas para eliminar esta costumbre y buscar ayuda profesional.

Las consecuencias de chuparse el dedo en niños pueden ser muy graves y hacer daños permanentes a su cavidad bucal. Por eso, este problema hay que ser tratado con atención, con el objetivo de evitar las complicaciones adicionales si este problema no se trata a tiempo.

Efectos negativos de chuparse el dedo

La consecuencia más grave de chuparse el dedo pulgar son los dedos frontales expulsados y recolocados. Si este hábito termina hasta los cuatro años, los dientes regresarán a su posición normal. No obstante, si esta costumbre no se termina hasta el periodo indicado, podrían producirse las deformidades óseas durante el período de reemplazo dental, que luego requerirá una terapia de ortodoncia compleja (el uso prolongado de dentaduras postizas para corregir los dientes).

Existen los dispositivos muy simples en forma de placas que el niño lleva, especialmente a la hora de dormir, que activa los músculos y, por lo tanto, devuelve los dientes a su posición normal. Al mismo tiempo, el aparato imposibilita practicar este hábito nocivo.

Por otro lado, chuparse el dedo puede provocar ciertos cambios en las arcadas dentarias y desplazar el maxilar superior hacia atrás. Esto también puede causar las deformaciones del paladar y de la lengua, junto con las malformaciones de la mandíbula, lo que causa dificultades a la hora de comer, hablar, masticar, etc.

¿Cómo preservar el crecimiento de dientes en niños que chupan el dedo?

Si su niño tiene la costumbre de chuparse el dedo, lo primero que debería hacer es hablar con él/ella y explicarle de una manera sencilla qué le puede pasar si sigue chupando el dedo, para que pueda comprender las consecuencias de esta costumbre nociva. También puede introducir un sistema de compensaciones si el niño no se chupa el dedo o inventar algún juego divertido a través del que comprenderá porque debería dejar de hacerlo.

Otro paso imprescindible son las consultas regulares que debería hacer con su experto de confianza. Sus consejos podrían serle de gran ayuda a la hora de superar los obstáculos con este hábito desagradable. El dentista pediátrico evaluará el problema y le prescribirá la terapia más adecuada según cada caso en particular. Además, es importante revisar sus dientes periódicamente, ya que estos hábitos a menudo conducen a un mayor riesgo de caries y de otras infecciones que pueden ingerirse con las manos sucias.

Crecer con Doral…

Si su niño tiene problemas con este hábito desagradable, visite el dentista a tiempo para prevenir las malformaciones que podrían surgir si el problema no se trata de una manera adecuada. Acudir al dentista a tiempo podrá conseguir mejores resultados, antes de que se produzcan las complicaciones mayores.

Los dentistas en Doral encontrarán la mejor solución para cualquier problema con respecto a la salud de su hijo y le proporcionarán una sonrisa bella y una infancia sin preocupaciones. ¡Visítenos y programe una cita hoy mismo!